La vía cuenta con 5 largos. El L1 y L2 se empalman bien, ya que por metros (unos 25 cada uno) y por dificultad (IV y IV+), no presentan dificultades.
La R1 la dejaremos a nuestra izquierda tras haber superado un primer largo fácil, para seguir con el segundo largo, un poco más vertical pero sin llegar a ser V, yo creo, como ponen en alguna reseña.
El L3 es de transición, hay que tener especial cuidado por la calidad de la roca y vigilar bien donde nos agarramos.
El L4 es el más vertical de la vía, que será V+, que sin ser difícil ya tiene un par de pasitos y sobre todo si vas con la mochila.
El último largo es una travesía que se puede asegurar desde el final del L4 o en una R que está un metro más arriba. La reseña lo pone de III+, pero aunque es cortito, por el trazado y la roca, ya podría ser IV.
La sabina de la cumbre, desde donde se asegura al segundo, marca el final de la vía. Desde aquí iremos a nuestra derecha, en el sentido de la escalada en la pared, para buscar una canal equipada con un pequeño pasamanos de cable, donde montar un corto rapel de unos 30 m. en el que hay que vigilar la vegetación (bastante frondosa), para luego seguir destrepando por la canal hasta buscar un senderillo que rodea el mallo y que llega al camino por el que hicimos la aproximación al pie de vía (1 hora en total).